Monica Nambeya
Asistente del Director Ejecutivo
La primera vez que me encontré con el Día Mundial de la Vasectomía no fue porque lo estuviera buscando, sino porque mi hermana me arrastró a él, literalmente. Participaba en uno de los concursos de poesía e insistió en que la acompañara. En aquel momento no le di mucha importancia. Me senté entre el público, escuchando. Escuchando de verdad. Y de repente me di cuenta de que ése era el tipo de trabajo que yo quería hacer. El tipo de gente con la que quería estar. Gente valiente, curiosa y cariñosa que hace un trabajo duro y significativo.
Mi camino hacia la WVD no fue lineal, pero me parece el lugar más natural en el que podría haber acabado. Siempre he tenido un profundo pozo de emociones, empatía y una obstinada necesidad de mostrarme a favor de la gente. Quizá eso empezó la noche en que mi padre no volvió a casa para el cumpleaños de mi hermana porque había tenido un terrible accidente de coche. Cuando por fin volvió, estaba en una silla de ruedas, y algo en mí cambió. Entonces no lo sabía, pero estaba aprendiendo lo que significaba preocuparse profundamente, responsabilizarse de la comodidad de otra persona, ofrecerse como apoyo.

Al crecer, era curiosa y alocada y siempre intentaba crear algo. Me colaba en el lavadero con tijeras y agujas, haciendo ropa con sábanas y cortinas, soñando con convertirme en diseñadora. Mi madre se enfadaba mucho, sobre todo porque cuando estaba callada significaba que tramaba algo. Con el tiempo, abandoné ese sueño. Zambia no parecía el lugar donde podría ocurrir. Pero creo que el sueño simplemente cambió de forma. Hoy diseño experiencias, organizo a la gente y mantengo el espacio. Ayudo a que las cosas se muevan, fluyan y caigan en su sitio.
Trabajar con la WVD significa que puedo formar parte de algo más grande que yo misma, algo arraigado en el cuidado y el respeto, y en conversaciones difíciles pero importantes. En este trabajo, he encontrado a mi gente. He encontrado una forma de dar lo que tengo: mi voz, mis habilidades. WVD no sólo me dio un trabajo. Me dio un lugar donde crecer, donde cuidar, donde contribuir. Me dio un hogar.